Read and hear the voices of Workers in Central New York. Their stories, in their own words.
- WCCNY Board Member: Rosa Mejias
- Samuel, Trabajador de granja lechera
- Kevin, Trabajador de granja lechera
- Paige, Recepcionista de hotel
- Hector, Trabajador de limpieza
- Antonio Salinas, Trabajador agrícola, Líder trabajador, Miembro de WCCNY
- Crispin, Trabajador agrícola
WCCNY Board Member: Rosa Mejias

“Mis padres son de Guatemala. Fueron algunos de los primeros latinos en la industria agrícola aquí, aunque ahora hay muchos más latinos. Me crié aquí, he visitado muchas granjas y he hablado con muchos trabajadores a lo largo de los años. El mayor problema es que los trabajadores agrícolas tienen miedo de hablar, perder su vivienda, temen que un empleador se enoje y llame a inmigración. Y eso incluye cuando se lesionan. Tienen miedo de molestar a sus jefes. He visto mucho miedo y veo lo mal que los propietarios y administradores de las granjas tratan a los trabajadores agrícolas. Intento decirle a la gente que no se asuste y que tienen derechos. Que hay personas y organizaciones como Wokers ‘Center of Central New York que intentarán ayudarlos ”, Rosa, orgullosa hija de los trabajadores agrícolas.
Samuel, Trabajador de granja lechera

Felices de compartir otra victoria! El dueño de un rancho en Fabius le dio un montón de excusas para no pagar el último cheque a este compañero. El dueño también se quería quedar con el dinero de sus primeros días de trabajo en ese rancho. El compañero trabajador solicitó apoyo al Centro y hace poco recibió sus cheques! Una hora trabajada debe ser hora pagada! NO HAY NINGUNA EXCUSA PARA NO PAGAR! No te dejes, llámanos si tienes preguntas. El teléfono del Centro es 315-218-5708 Este compañero se hizo miembro del Centro! Con nuestro poder colectivo, sí se puede!
Kevin, Trabajador de granja lechera
Kevin trabajaba como jornalero en una de las granjas más grandes del estado de Nueva York. En un lapso de tres semanas experimentó tres accidentes: una vaca lo empujó contra una barra de metal, se cayó mientras ordeñaba vacas en la sala y un químico le salpicó los ojos. La falta de preocupación por la salud y seguridad de los trabajadores y el alto ritmo de trabajo en las granjas lecheras hacen que las experiencias de Kevi sean alarmantemente comunes en las operaciones de las granjas lecheras en Nueva York.
Paige, Recepcionista de hotel
Paige estaba trabajando en la recepción de un hotel en Oswego. Cuando decidió dejar su trabajo debido al mal trato de los trabajadores por parte de la gerencia, le dijeron que debido a que faltaba su etiqueta de plástico con su nombre, perdería todo su último cheque de pago. Paige se defendió. Llamó al Centro de Trabajadores de CNY y juntos, el personal de WC y Paige se enfrentaron a su ex jefe y le dijeron que sus acciones eran ilegales. Unas semanas más tarde, Paige finalmente recibió el dinero que se le debía. Paige sobre por qué trabajó tan duro para conseguir el dinero que le faltaba. “Sabía que lo que estaban haciendo estaba mal y que tenía que haber algo que se pudiera hacer. Ni siquiera se trataba tanto del dinero, solo que no es justo. No hice nada para merecer eso “. Consejo para otros trabajadores: “Sepa que hay alguien que puede ayudarlo, y si siente que algo anda mal, probablemente lo esté. No lo hagas por despecho, sino porque está bien. Deberías ser tratado con respeto “.
Hector, Trabajador de limpieza
Antonio Salinas, Trabajador agrícola, Líder trabajador, Miembro de WCCNY

“Una de mis peores experiencias fue cuando desafortunadamente tuve un accidente en el trabajo. Me caí de una máquina en la que estaba trabajando y le dije al dueño que tenía un dolor en la espalda muy fuerte y que necesitaba ir al hospital. El dueño que no tenía tiempo y me ignoró.
Nadie me dijo acerca de compensación laboral o le llamó a la ambulancia. Al siguiente día no me podía levantar de la cama. No fue hasta como 30 horas después del accidente que la esposa del dueño me llevó al hospital. No había un intérprete ahí. Ella llenó los papeles como le dió la gana, y eso hizo que fuera muy difícil para mi obtener compensación laboral.
Conozco a dos trabajadores que tuvieron heridas serias. Uno perdió su dedo, el otro, tres dedos. Cuando un accidente pasa, los dueños le ofrecen un poco de dinero a los trabajadores para que se vayan a su país. Esas personas nunca van a estar de nuevo al 100 por ciento. Cómo van a mantener a sus familias? Eso me trataron de hacer a mi. Los dueños tratan de tomar ventaja de nosotros de todas las maneras posibles, por eso no quiere que sepamos nuestros derechos.
Me atrevo a alzar mi voz por que así podemos cambiar las condiciones en los ranchos de NY. Para que los líderes de NY hagan algo y que estas injusticias paren. No somos animales. Somos seres humanos y necesitamos dignidad y respeto.” Antonio, trabajador agrícola de NY
Crispin, Trabajador agrícola

Hola mi nombre es Crispin. Trabaje para MF en Lowville, Nueva York por tres anos, y fue despedido un dia despues de cuando nuestro supervisor, quien es el hijo de patron, me vio con miembros del Centro de Trabajadores del Centro de Nueva York, lo cual trata de ayudar a los trabajadores agricolas parar terminar con las injusticias donde trabajamos.
Trabaje para la lecheria por mas de tres anos. Era un adolescente cuando empece. Mantengo a una familia de mas que diez personas, mis padres, hermanos, y parientes. Esto fue mi primera vez en este region, no conocia a nadie, estaba bien solo. La verdad es muy dificil de estar lejos de mis seres queridos.
El trabajo alli es duro y pesado. Trabajaba un turno de 12 horas, seis dias a la semana, desde las 6 de la tarde hasta las 6 de la man~ana, o desde las 6 de la manana hasta las 6 de la noche. Es trabajo duro, rapido y constante y hay presion para acabarlo. A veces no puedes tomar tu media hora para comer tu almuerzo, y si tomas una pausa para tomar agua o ir al bano, puedes atrasarte. No nos pagan horas extras.
Hay tantas injusticias donde trabajamos. Nos tratan como esclavos y peor que a las vacas. Es como nuestros patrones y supervisors no nos ven como seres humanos. Un supervisor es el yerno del dueno, golpeo un trabajador, Fransisco, enfrente de los otros trabajadores. Nadie hizo nada ni lo paro, todos tienen miedo de decir cualquiera cosa a el. Nos intimidaron a no ir a la protesta alrededor de lo que le paso a Fransisco.
Hay muchos accidentes laborales en las lecherias y muchos trabajadores han muerto. Muchos ni siquiera estan entrenados. Cuando empece a trabajar una vaca me piso la mano. La duena y su hija estaban ahi y vieron que mi mano estaba sagrando. No preocuparon nada por mi, no me dijeron como llegar al hospital o al doctor. No me dieron ni un dia.
No conocemos a mucha gente afuera del rancho donde vivimos. No tenemos transporte. Los raiteros nos cobran mucho dinero para que podamos ir a comprar alimentos y regresar a casa.
Sin el centro de trabajadores, estaria aislado. A veces, una vez al mes, un voluntario o Rebecca conducir mas de dos horas para llegar a la traila donde vivimos. No podemos ir a ese lugar sin que los voluntarios nos recojan por que los raiteros nos cobraban mas de $500 para llevarnos a Syracuse. Rebecca llego al rancho, tuvimos una junta para hablar sobre salud y seguridad en el lugar de trabajo, obteniendo clases de ingles, y maneras en que podríamos tener mejores condiciones de trabajo.
Debemos de tener el derecho de hacer lo que queremos al fin del trabajo. Pero cuando el hijo de patron vio a Rebecca con nosotros, el llamo a la policia. Teníamos mucho miedo.
Me despidieron después de eso y perdi mi casa. Me dieron un papel para que firmara, pero estaba en Ingles. Tenia solamente 4 dias para mudarme y no sabia si ellos iban a llamar a la policia de nuevo, no sabia donde ir.
Aun tengo miedo, pero estoy aqui por que no es justo lo que esta pasando a trabajadores como yo. Hay tantas injusticias. Creo que todos somos seres humanos y que todos merecemos ser tratados con dignidad y respecto.
Quiero que la gente sepa de donde viene la leche. Sin trabajadores agricolas y nuestro labor, no habría frutas o verduras. Pero estamos siendo tratados como si no tuviéramos derechos. Como si nuestra vida no impotrarían. Como si los supervisadores pudrieran tomar nuestra ganancias, nos pudieran despedir, o nos pudieran asustar cuando tratamos de mejorar las condiciones del trabajo.
Quiero que estas injusticias ya no sigan pasando. Tengo esperanza que lograremos el cambio. Quiero pedir su apoyo para que todas estas injusticias cambien, que Nuevo York sea un estado que nos traten bien, que nos traten con dignidad y respeto.